Parece que tuvieran un sensor que, automáticamente, se activara ante cualquier cosa escrita por alguien que confiese vivir en el vilipendiado este de Caracas. Que inmediatamente activa respuestas de odio, resentimiento y hasta maldiciones milenarias.
Temas tan cotidianos como un aguacero se convierten en una guerra territorial, Historia de 2 Ciudades. Enfrentamiento del guetto con la autodenominada trinchera antiyanqui.
Será que existe un programa en sus computadoras que les avisa? Será que se engolosinaron cual chamo en dulcería al descubrir a esos muchachos y muchachas, dignos representantes del "darwinismo socioeconómico"? Será que se dieron cuenta que, por más dinero que "inviertan" en sí mismos les costará por lo menos 3 reencanaciones llegar, si no a lucir, por lo menos percibirse como tales.
Es un odio infantil. La maduración, o inmadurez, de "el Niño Jesús no me trajo lo que le pedí", o el desencanto de descubrir que su Barbie, que creía perfecta en su ambiente, era de imitación.
Años de rechazo social no se curan odiando a los más afortunados. Creo que el único que te odia por ser como eres es el espejo. Complejo que se nota en cada respuesta con términos que nunca vienen al caso. Es una confesión de inseguridad. Es la muchacha fea que prefiere la eliminación de las bonitas al maquillaje. Que reniega de su nombre con muchas "Y", claro homenaje al lenguaje anglosajón.
Odio que demuestra que a quien realmente quieres eliminar es a ti mismo.
publicado por primera vez el 12 de agosto de 2007
Este post está muy relevante, me parece muy triste la guerra continua entre dos frentes en venezuela, pero ojo, que no creo que este odio sea solamente dirijido hacia la oposición, que la oposicion también dirije el mismo, en misma cantidad, y con las mismas atrocidades que a este se le devuelve. Es verdad que nuestras críticas pasionales dicen mucho de quienes somos, aunque esto no quiere decir necesariamente que ese odio sea hacia nosotros mismos, yo creo que ese odio viene mas de una frustración de no poder ser validado por los estandares establecidos, y a esto tengo que decir... que pobre e ignorante es el pueblo que reconoce a pocos ejemplares, el humano es infinito, y estoy casi segura que el día que aceptemos la diversidad y nuestros orígenes, la guerra cesará o al menos intentará buscarla tregua.
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